sábado, 19 de abril de 2014

Cristo, Luz del mundo

¡Surrexit Dominus vere, Alleluia! El Señor ha resucitado, como lo había predicho. Cristo, con su muerte, ha vencido la muerte y, con su resurrección, nos ha ganado una nueva vida. Creemos en sus promesas y esperamos gozosos la redención de nuestros cuerpos.


A continuación reproducimos algunos fragmentos de las palabras que Benedicto XVI pronunció el 11 de abril de 2009, en su Homilía de la Vigilia Pascual.

“«Que exista la luz» (Gn 1,3). Donde hay luz, nace la vida, el caos puede transformarse en cosmos. En el mensaje bíblico, la luz es la imagen más inmediata de Dios: Él es todo Luminosidad, Vida, Verdad, Luz. La resurrección de Jesús es un estallido de luz. Se supera la muerte, el sepulcro se abre de par en par. El Resucitado mismo es Luz, la luz del mundo. Con la resurrección, el día de Dios entra en la noche de la historia. A partir de la resurrección, la luz de Dios se difunde en el mundo y en la historia. Se hace de día. Sólo esta Luz, Jesucristo, es la luz verdadera, más que el fenómeno físico de luz. Él es la pura Luz: Dios mismo, que hace surgir una nueva creación en aquella antigua, y transforma el caos en cosmos”.

“Tratemos de entender esto aún mejor. ¿Por qué Cristo es Luz? En la Vigilia Pascual, la Iglesia representa el misterio de luz de Cristo con el signo del cirio pascual, cuya llama es a la vez luz y calor. El simbolismo de la luz se relaciona con el del fuego: luminosidad y calor, luminosidad y energía transformadora del fuego: verdad y amor van unidos. El cirio pascual arde y, al arder, se consume: cruz y resurrección son inseparables. La Iglesia antigua ha calificado el Bautismo como fotismos, como Sacramento de la iluminación, como una comunicación de luz, y lo ha relacionado inseparablemente con la resurrección de Cristo. En el Bautismo, Dios dice al bautizando: «Recibe la luz». El bautizando es introducido en la luz de Cristo”.

“Una vez, cuando Cristo vio a la gente que había venido para escucharlo y esperaba de Él una orientación, sintió lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor (cf. Mc 6,34). Entre las corrientes contrastantes de su tiempo, no sabían dónde ir. Cuánta compasión debe sentir Cristo también en nuestro tiempo por tantas grandilocuencias, tras las cuales se esconde en realidad una gran desorientación. ¿Dónde hemos de ir? ¿Cuáles son los valores sobre los cuales regularnos?”.

“En la Carta a los Filipenses, dice que, en medio de una generación tortuosa y convulsa, los cristianos han de brillar como lumbreras del mundo (cf. 2,15). Pidamos al Señor que la llamita de la vela, que Él ha encendido en nosotros, la delicada luz de su palabra y su amor, no se apague entre las confusiones de estos tiempos, sino que sea cada vez más grande y luminosa, con el fin de que seamos con Él personas amanecidas, astros para nuestro tiempo”.

Durante el Tiempo Pascual, que ahora comenzamos, podemos tener presentes las palabras del Apocalipsis: “He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, yo vendré a él, cenaré con él y él conmigo” (Apoc 3, 20).

Holman Hunt (1827-1910), pintor inglés, se ha inspirado en este versículo para pintar un famoso cuadro titulado Cristo luz del mundo. El cuadro visitó las colonias inglesas y luego fue colocado en la Catedral de San Pablo en Londres. Jesús, después de haber tocado a una puerta en la que han crecido hierbas, espera que le abran. Algunos notan que no hay manija. El pintor dice: es a propósito. La manija está del otro lado de la puerta. Es decir, debemos ser nosotros lo que abramos a Cristo. Él respeta nuestra libertad, toca y espera. No entra a la fuerza. “Estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame”. Es famosa la frase de San Agustín: “Timeo Jesu transeuntem”. Tengo miedo de que el Señor pase y yo no me dé cuenta; o que pase ahora y luego no vuelva a pasar.

Finalmente, transcribimos parte de un mensaje que Jesús dictó a Marga el 19 de abril del 2012 (cfr. “El Triunfo de la Inmaculada”) hace ahora justamente dos años. Se trata de un apunte que le dicta el Señor para un posible artículo, para publicar sobre el Libro (“La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús”), que había sido publicado unos meses antes. Es un elogio del mismo Cristo, de ese Libro que tanto bien ha hecho y hará en el futuro. 

Las palabras, a continuación, son de Jesús. Sólo son de Marga las que están en itálicas. 
   “Por medio de tu Libro, serán salvados muchos. Porque éste acerca a la gente a Mí. Y ellos buscarán conversión a través de él.
   Escribe:
   (Que ahora apunte un posible artículo que me dicta, para publicar sobre el Libro)
   Queremos haceros participes de una joya que ha caído en nuestras manos.
   Porque consideramos que las riquezas están para compartir, os hacemos saber de la experiencia de esta obra de arte.
   Es algo firmado por el propio Jesús. El instrumento elegido tiene poca importancia. Son unas Cartas de Amor escritas por el mismo Corazón de Jesús a los hombres.
   A menudo se entiende la Devoción al Corazón de Jesús como algo propio de ancianos y algo desfasado, que no está acorde con los tiempos.
   Este Libro os ayudará a entender el sentido de esa Devoción, que no es otro que el Amor de Dios manifestado en un Corazón de Carne.
   Un Amor, que quiere hacerte partícipe de su Amor.
   Un Amor que no se puede contener, y a manera de explosión gozosa, se manifiesta al exterior.
   Un Amor que pide correspondencia. Que no se cansa de manifestarse y comunicarse.
   Para esta Hora de la Iglesia Él ha elegido esta forma. Muchos pueden tener reticencia a la hora de abrir su páginas. Pero no habrá nadie que, una vez leído, pueda dudar de que en él se vuelca el Amor de Dios.
   Es un Libro eminentemente eucarístico. La Eucaristía está como Centro y Cumbre de esta Devoción. Os ayudará a entender más a Jesús en este Sacramento de Amor.
   Participaréis de las razones por las que ha querido permanecer entre nosotros.
   Comprenderéis el papel de la Eucaristía en los Últimos Tiempos.
   Os convertirá el corazón para ser más los constructores de la Nueva Civilización, la Civilización del Amor.
   Podréis comprender mejor el sentido de las Profecías, y cómo el Corazón de María prepara a los hombres para el Reinado Eucarístico de Jesús.
   España ha sido depositaria de esta belleza, porque el Corazón de Jesús tiene grandes designios con nuestra Patria.
   Por medio de él recuperaréis el amor a vuestro país y el deseo de contribuir a su salvación, así como a la salvación de todo el género humano.
   Si lo lees, querrás que otras personas lo lean, porque el Amor es expansivo, comunicativo.
   Si cae en tus manos, no ahogues la Voz de Dios, y hazla llegar a cuantos más puedas.
   El Corazón de Jesús está esperando tu respuesta. El Corazón de Jesús te necesita.
   ¡Levántate! ¡Levanta a España, tu Patria! ¡Y levanta al mundo!
   Haz que retroceda esta cultura de muerte. Se fundador de la Cultura de la Vida.
   La Verdadera Vida en el Corazón de Jesús.
   El Verdadero Reinado de su Amor.
   Si no sabes cómo, te invitamos a leer estas páginas, dirigidas para ti, por su Infinito Amor.

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